Evolucionar o morir ⟡

9/12/2024

Existe ese miedo a que las cosas cambien. A que la «normalidad» se rompa.

A que lo que estaba bien, vire hacia lo inestable. Al cambio. A la rotura.

Me pasa también. No te miento. Los cambios de ruta me provocan un “ai” en el estómago.

Pero voy a confesar: me dan la adrenalina que necesito.

Quizá el verlos así ha sido una forma de sobrellevarlos estoicamente. Como una táctica de supervivencia personal. Como algo que le da «vidilla» a mi vida.

También observo que a cierta gente le incomoda ver que otra cierta gente cambie. Esto es real.

Pero a poco que entiendas algo acerca de la naturaleza del ser y cómo nos relacionamos aquí, sabrás que esto esconde algo de herida personal (un juicio hacia el otro siempre lo es).

Un algo así como «¿cómo te atreves a estar cambiando si yo sigo aquí con los pies quietos y cagad* de miedo por cambiar algo?».

Y se invalida a la otra persona, o se la ningunea, o se la enjuicia.

A mí me sucede un poco al contrario. Cuando no veo cambio, ni evolución, empiezo a ver que algo se marchita. Que algo empieza a oler a podrido. A agua estancada.

Una relación,

una vida,

un proyecto,

una familia,

necesita reconstruirse constantemente con energía nueva. Asumir los reajustes necesarios en el tránsito para poder sobrevivir.

Necesita evolución. Un refresh.

A veces hasta una descomposición total sobre lo que parecía estar totalmente compuesto para convertirlo en algo mejor.

Casi como un empezar de cero, pero con toda la sabiduría que te brinda la experiencia. Ese bagage, que sólo puede darte el haber estado hundida en el lodo a veces y aún así alzar los brazos buscando desesperadamente una salida.

Piensa en una relación. Piensa en tu vida. Piensa en tu proyecto. En tu familia.

¿Evoluciona? ¿Lo sientes estancada? ¿En regresión? 🪞

• Una relación muere (o debería) en el momento en que no hay energía de evolución que la sostenga.

• Un proyecto muere en el momento en el que se rompe el ciclo del progreso. Y se estanca, sostenido sólo por la inercia de las últimas intenciones depositadas en él.

• Una familia se condena a sí misma a la involución si constantemente no se repiensa, y se reajusta, y se reafirma como tal, con los matices de cada momento.

En la vida, algo se rompe por dentro cuando uno siente que no avanza.

Lo fuerte, para mí algo triste incluso, es sentir esa muerte en lo interno, aunque aparentemente afuera siga la vida.

Como un trozo de materia sin energía 🥀.

Todos nos hemos sentido en algún momento así. En esa incomodidad del punto muerto que aflora adentro y que se mueve como serpiente 🐍 recordándote que estás aquí para seguir dando pasos.

Y esa es justo la solución. Seguir-dando-pasos. Acción.

Hay salida si una se atreve a chapotear fuertemente para salir del lodo.

Y modificar cosas. Y rutas. Y situaciones.

Duele y pica. Claro. Incomoda. Te arranca del adormilamiento mental y reta a tu papel de víctima de tus circunstancias.

Pero déjame que te diga. Allá donde ansíes evolución, arremángate bien. Ponle ganas.

Es tiempo de vernos, sentirnos y vivirnos mejores en el ratito que nos queda de vida.

Ahora la pregunta es ¿qué necesitas que evolucione? ¿qué necesitas que muera de una vez por todas en ti y para ti?
Yo ya me rompí los cuernos en agosto.

Quizá ahora es tu turno.

Gracias por seguir por aquí.

Escribiéndote desde algún rincón del Universo 🪐,

Cris Miralles
Mentora de Bienestar Cósmico e Integral

La energía, en el centro.

Cartas que podrían ser terapia.

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