El bloqueo ⟡
Cris Miralles
2/7/2025


Hola. Feliz día.
Y gracias, como siempre, por abrir mis cartas. Me hace mucha ilusión que alguien me lea desde el otro lado.
¿Y qué traigo hoy para ti? Pues francamente, un tema que está (siempre) a la orden del día y que no es otro que el de lidiar con el bloqueo.
Pero vamos a ir por partes. Porque el bloqueo puede tener muchos apellidos.
Podemos hablar de bloqueo a nivel de propósito, de motivación, en la pareja, en nuestro trabajo, proyecto y vida, por poner unos cuantos highlights.
Si echas la vista atrás —y quizá no tanto— podrás recordar ese punto de «no sé qué hacer» con esto (”x”) o con esto otro (”y”).
El bloqueo es ese estado de congelación del alma en el que parece que todo a tu alrededor avance, mientras tú sientes una tremenda parálisis, allí donde el «Dios del Atasco» haya apuntado con su flecha 🏹.
Allí donde se enquista y clava, todo se enfría, se frena, se encierra.
Te invade esa sensación de no saber por dónde tirar. Y más desazonador aún cuando sientes que ninguna situación que te plantees —o planteen— parece lo suficientemente acertada o liberadora.
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Sobre los bloqueos profundos o trascendentales
El bloqueo se vuelve todavía más difícil de resolver cuando no lo puedes verbalizar a otros con toda la amplitud de matices con que tú lo vives. En tus adentros sale ese «No me van a entender».
Y me explico mejor. Me refiero aquí a cuando se trata de un bloqueo de los que yo llamo profundos o trascendentales.
Estos son tremendos. Porque además son muy demandantes de tu energía. La bloquean, de hecho. Y van a requerir de ti que, para resolverlos victoriosamente, te arremangues hasta los codos, te pongas guantes y empieces con la operación de purga y limpieza.
Para recuperar el hilo, te pongo algunos ejemplos aquí de bloqueos profundos o trascendentales aunque entiendo que sabes a qué me refiero:
⟡ Replantearte tu situación de pareja aparentemente estable a ojos de todos.
⟡ Marcarte un viraje de 180ª en tu camino profesional;
⟡ Decir «no» a algo (¿cuál sería tu «algo») en lo que todo el mundo espera y obvia de ti un «sí».
⟡ No querer hacer lo «correcto», sino lo que tu alma y todo tu ser te llama a hacer, poniendo todo del revés.
Esos son los bloqueos j*didos, . Y cuesta soltarlos, no nos engañemos.
Si ahora mismo no estás pasando por nada de esto, celébralo. Pero si es así o intuyes que algo similar suele ocurrirte de tanto en tanto (ya sabemos que la vida es ciclo), aquí van mis piedras filosofales que desde hace años me sacan del pozal de la parálisis.
1. Rasca adentro.
Escribe. Y si no te gusta, escribe más.
Un cuaderno para ello es el Santo Grial. Vomita e incomódate. Hazte las preguntas que el peor de los jueces te haría. Respóndete con verdad.
¿Qué temes? ¿A quién temes? ¿Por qué? ¿Para qué?
Remuévete en tu silla. Patalea si quieres. Pero saca todo lo que lleves dentro.
Entre esas líneas, te hablará tu mayor verdad.
Y saldrá alguna luz por la rendija. Una vía de escape. Confía en mí.
2. Eleva tu intuición.
Nada más poderoso que tener activada —bien activada— la intuición.
No hace falta que te diga: la intuición no es un don místico reservado para unos pocos. Es una brújula interna al alcance de todos, también de ti, si no queda enturbiada por el ruido mental.
Activarla es fácil, pero requiere de presencia. De guardarle su espacio.
Meditar es para mí la puerta más amplia que he encontrado para ello. Para abastecerme y canalizar mi conexión intuitiva.
Si no estás acostumbrada/o a meditar, busca el pleno y absoluto silencio al aire libre. Repito, sin ruido, sin podcasts ni música.
Y deja que el contexto resuelva.
Aprender a confiar en tu intuición es abrirte a sus «descargas» de sabiduría. Te acercará a las decisiones más alineadas y precisas para ti. Para tu momento.
Confía en mí. Y en ella.
3. Eleva la vibración.
Al bloqueo le rodea la baja energía. Porque alrededor de él merodean el miedo, la inseguridad, la pena… Y eso frena el sentirse bien con una/o.
Para compensarlo encuentra tus anclajes de alta vibración.
Si cantar te ayuda a soltar. Canta.
Si es bailar lo que te lleva a otro estado. Contornéate como una serpiente libre sobre la arena.
Si simplemente es escuchar «tu música» (pero la que te empodera, no la melancólica, ya sabes). Dale al play.
En lo mundano, haz deporte, come bien, duerme mejor.
Como para un alpinista, estos (y otros) son tus clavos de escalada en el camino del ascenso.
Pon tu empeño y compromiso ahí.
4. Comparte con tu core team.
Hablar hace bien. Y en una situación de bloqueo, puede ser crucial. Pero tampoco se puede compartir con cualquiera.
Ya sabes quién es tu core team. Ese que escucha aunque a veces el tiempo no apremie para nadie.
Comparte lo que te ocurre. Pero cuidado aquí, comparte con plena consciencia: no esperes que nadie resuelva tu encrucijada.
Ni esperes que darle vueltas al mismo problema una y otra vez vaya a traerte la dicha.
Recopila puntos de vista y aprende por ti misma/o.
Tu bloqueo es también tu responsabilidad.
Lidera tus decisiones.
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Ojalá esta carta te rescate hoy (o en otro momento) de algún estado de «congelación».
Que así sea.
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Si quieres que participe en alguna charla, centro o taller, me puedes escribir a hola@crismiralles.com
Cris Miralles
Mentora de Bienestar Cósmico e Integral
La energía, en el centro.